Episodios XIX y XX: Cuzco y MachuPicchu

LA RED DEL ESPÍRITU

El Ombligo del Mundo

Este mes de Agosto de 2012, con el Camino Harwitum, pasamos por la ciudad de Cusco, con el objetivo de extender las redes de información del Espíritu, abriendo las puertas desde Ollantaytambo, con una Towei Lumbar, para que la información comience a ingresar desde la Puerta donde descendieron los primeros caminantes.

La historia cuenta que 8 hermanos, 4 mujeres y 4 hombres, fueron creados por la Divinidad Máxima, en las aguas del lago TitiKaka. Se estaba anunciando un Pachakuti tras el diluvio Universal, o cambio de los Tiempos, y ellos fueron elegidos para buscar el sitio en el cual debía resurgir ese nuevo mundo, esa nueva Humanidad. Para eso, les dio una vara, y allí donde esta vara se enterrase, sería el sitio del Resurgimiento.

Viajando en un rayo de luz solar, los hermanos descendieron desde el Este hacia los valles que abren las puertas entre la selva y los Andes, en Valle Sagrado, donde el día 21 de Junio, el rayo de sol cae en las orillas del Río Urubamba, en Ollantaytambo. Desde allí caminaron, y entre una y otras situaciones, sólo quedaron dos hermanos, los que se conocen como Manco Capac y Mama Ocllo.

Ambos caminando, encontraron el lugar donde la vara se enterró, en aquél pantano en medio de un profundo valle, el Ombligo, Cosco, en el centro del vientre de la Pacha Mama, donde resurgiría la Humanidad.

Esto llevó a la aparición del primer Inca, es decir, el Rey, los cuales tuvieron como objetivo hacer grande este país, a lo largo de los caminos que posteriormente unieron el gran Imperio Inca.

En su afán por lograr la conexión de los Andes, cubriendo territorio de los actuales países de Bolivia, Perú, Chile y Argentina, finalizó cuando los españoles llegaron y conquistaron el Imperio.

Nuestro paso por allí, pretendía ser un haz de aquella historia, con un mismo objetivo: unir desde el espíritu estos cuatro Suyos de la actualidad, los cuatro países, con un mismo propósito: hacer grande a la Pacha Mama de los Andes para gestar la Nueva Humanidad en este nuevo tiempo, en el nuevo Pachakuti.

En el descenso desde Norteamérica, nuestro paso consciente por Cusco tenía que ver con reconocer esta historia, la cual aprendí en nuestra estadía con Gabriel y Kayanti, para comprender cuál era la razón por la que era necesario que la energía vital planetaria se extendiese hacia el sur desde esta ciudad, anclando en el Disco Solar del Titikaka.

Enviando el mensaje

Tras haber salido el 21 de Septiembre con el Camino de la Gran Mujer, dentro del Camino Harwitum, nuestro paso por Cusco ya no tenía que ver con extender la red de la energía en movimiento del Planeta, sino con aprovechar esa red creada para enviar a la Tierra nuestro mensaje de que las personas conscientes ya están allí para ampliar y hacer irradiar el Espíritu de nuestras Tierras hacia los 4 puntos cardinales.

Para eso nos reunimos en el centro de Cusco, donde la primer Humanidad Sudamericana surgió como un pueblo fuerte y unido: en el Qoricancha. El gran templo red, es ahora un museo con una enorme catedral construida en tiempos de la Colonia. Allí nos dispusimos a enviar hacia los cuatro vientos el sonido de la Gran Mujer, nuestro sonido mismo, atrayendo la frecuencia que proviene desde los conscientes impulsando la kundalini  a lo largo de todo Chile, para impulsar al espíritu la firmeza de que estamos listos para recibirlo en nuestras tierras en los tiempos venideros.

Desde allí, en la gran Chakana, la cruz andina, que en vibración se extiende entre cielo y tierra, y en los 4 poderes de la Tierra, los elementos, la intención llegaría a los Apus, a las Montañas Sagradas, para extender la Red del Cusco, y así, el Espíritu sepa que estamos muchos ya listos para que dentro nuestro, comience a descender hacia los órganos y todo el cuerpo de la Gran Mujer.

El Templo de la Información

Mientras viajábamos por el desierto de Atacama, algo extraño sucedió. En pleno desierto, en silencio, viajando en el auto, un mensaje comenzó a llegar. Pude conectarme con los registros generales, y me mostraron que allí se nos estaba reescribiendo y reordenando ciertas informaciones. Como siempre, esto lo pudimos ver en la modificación instantánea de nuestras líneas en las palmas de las manos. Por si no se dieron cuenta, a veces las manos nos pican, y si somos atentos, nuevas líneas o puntitos aparecen entre las ya existentes, más marcadas, como ruborizadas. Esto sucede cuando de vez en cuando, se reescriben nuestros Registros. Junto a esta situación que vivimos los 4 en el auto, un mensaje vino en seguida: deben ir al centro de Información del Espíritu en los Andes, y desde allí descender nuevas indicaciones.

Fue por eso, que estando en el desierto, supimos y coincidimos en que no podíamos irnos de Perú, sin visitar el centro de Información espiritual, el Machu Picchu.

Era esta la Cuarta vez que yo visitaba el Machu Picchu, un lugar que no es mi preferido en el mundo, pero que por una u otra razón, siempre he tenido que volver. Esta vez comprendí que nunca he comenzado nada nuevo sin haber pasado por allí primero. Machu Picchu representa un lugar de comenzar, de recibir indicaciones a futuro.

Es importante dejarse allí purgar para recibir la información en las células.

Estas Montañas rodeadas por el Urubamba, reciben la información desde el Paititi, la ciudad perdida del Amazonas, y la envía hacia los Andes. Es la Puerta del Espíritu, por donde desciende la información del mismo.

Tras subir las escaleras desde Aguas Calientes esa madrugada del 19 de Octubre, fuimos en búsqueda de nuestra información correspondiente.

Entendí allí cómo este camino tiene mucho que ver con la preparación de la gente más que de la tierra, y cómo debemos nosotros utilizar la energía hacia los próximos 2 años.

Tras la información dada, para los próximos proyectos, indicaciones para los encuentros, y labores a realizar hasta el 2014, nos dispusimos a volver, trayendo en nuestra piel, la información que el Machu Picchu tiene para ofrecer en el Nuevo Comienzo.

“Quienes lleven en su ser el mensaje del Gran Espíritu, quienes lo despierten donde quiera que estén, estas montañas sostendrán su cuerpo y alma para impulsar su fortaleza… Aquellos que despierten esta fortaleza y se muevan con la Tierra, vivirán eternamente los frutos de la misma en cada ciclo vital.”