Episodio IX: El Sol del Plexo

EL SOL DEL PLEXO

En el interior del Ser

Llegando desde Curicó, nos encontramos con Gerson en su casa del valle en el Cajón del Maipo.

Aquél cajón cerrado entre la cordillera, es un punto puro y sagrado de la naturaleza que conecta a Santiago de Chile directamente con el centro de los Andes. Antes de llegar a semejante ciudad capital a dar el mensaje del Ser de la Gran Mujer, era necesario que reparemos nuestro cuerpo, nuestro propio ser en aquellas tierras. Esa fue nuestra idea de hacer parada en Maipo… sin embargo algo mucho más interesante nos esperaba para regenerar nuestras energías.

Esa misma tarde hasta el anochecer, nos dirigimos hasta la falda del volcán San José, a 3 km de la frontera con Mendoza, Argentina, donde de entre las rocas de las montañas surgen aguas intraterrenas en contacto con las lavas del activo volcán, que hacen que surjan a una temperatura de 40 grados centígrados creando unas espectaculares termas de lodo, sales y azufre a los pies de la cordillera. Un frío de 6 grados o menos permitió que comenzara a caer nieve mientras nos regenerábamos en esas termas andinas del Maipo.

El frío y el calor hizo un shock en nuestro cuerpo y energía, que en un momento de relax pudimos recuperar energías necesarias par poder continuar con nuestro viaje.

Allí tomamos la profunda energía del centro de la Tierra en el centro de la columna, ahora, era momento de que todos juntos reconozcamos el Ser de nuestros territorios.

El nodo social del Ser

Santiago, el apóstol, que había sido de los pocos de aquel entonces que se dignó a buscar el Camino de la Verdad del mensaje del Cristo, tenía como uno de sus objetivos ayudar en la protección de su descendencia, y sobre todo, del legado y sabiduría de Miriam Magdalena. Su camino fue inspirador para muchos, sobretodo, por haber buscado aquel punto donde la Nueva Visión se plasmaba, en el Ara Solis o Altar del Sol donde los celtas honraban a la diosa del Sol, en el cabo de Finisterre, en Galicia, España. Aquella tierra representa el Tercer Ojo de la Vieja Madre, Iberia, que mira a las Américas, allí donde Santiago tras muerto decidió reinar en Compostela para mantener esa visión de despertar en el Sol Naciente, el nuevo Ara Solis, de la Sagrada Feminidad.

Por alguna razón, la Capital del país que sostiene la Gran Mujer, capital por donde ingresa el sentido de aquella tierra, hoy posee el nombre de quien la ha sostenido también en los tiempos antiguos: el Santo Iago.

Tomando su intención, nos dirigimos al Jardín de la Tierra, en las colinas del interior de la capital chilena, en el Mapulemu, sobre el cerro de San Cristobal.

Desde allí puede verse toda la ciudad de Santiago. Unas 1500 personas se presenciaron en el Jardín de Mapulemu para compartir y estar atentos al mensaje y la activación de la región.

Como siempre, hablé de la Gran Mujer y todo lo que ella significa, antes de que juntos depositemos la conciencia sobre esta tierra.

Santiago representa en Plexo o Nodo Social de la Conciencia en la Región que permite el ingreso y egreso de energías por el Plexo o Páncreas de la gran Madre.

Esta Vértebra, la Metropolitana, tiene como foco natural el Cajón del Maipo y el Aconcagua, y como punto de conciencia esta gran ciudad que sostiene el despertar de la conciencia de esa Mujer para reconocerse por quien realmente es tanto para sí como para con el resto.

Los nervios de la médula alimentan este chakra que se ramifica por parte de Mendoza, pero sobre todo por San Luis, Córdoba y Buenos Aires. Desde aquí entonces, cobraría sentido su Ser, toda su Entidad.

Las Dos Llaves

48 Towei Lumbar, las llaves de conciencia, se han entregado ya a lo largo y ancho de los continentes, depositando en ellas la intención de todos en abrir los portales de la Tierra; pero aún quedan dos, las más importantes de nuestro viaje.

Cuando las mismas se llenen de la energía de esta Gran Mujer convirtiéndose en Madre, serán entregadas para anclar los últimos portales que conectan a la Humanidad con la Divinidad.

Los países de Argentina y Chile comparten, a la vez que disputan, los límites de sus territorios justo allí en donde estas dos grandes Entidades del Universo se unen. El dedo de la Humanidad, a los pies de la Gran Mujer, entre Ushuaia y Cabo de Hornos, es el sitio donde nuestra intención se anclará con la llave Towei Lumbar número 49, para al final, conectarla con el dedo de la Divinidad y Pureza, en las tierras que estos ambos países comparten: la Península Antártica, donde será depositada a fines de Diciembre la llave número 50.

Durante la gran activación de Santiago, en que las 1500 personas se dispusieron en círculos, con bellos movimientos en el centro, en altos sonidos de frecuencia que unían el Cielo con la Tierra, colocamos las 2 Llaves en el centro de la danza, y utilizando toda la intención de las personas allí presentes y aquellas que en red estaban conectadas con nosotros.

El ritmo de la gente y de la música mostró perfectamente cómo muchas personas sin saber lo que estamos pensando los demás a un lado, actuamos en sintonía y en la misma frecuencia cuando nos dejamos llevar por la vibración. Allí, estábamos expandiendo la conciencia de nuestra tierra para reconocerse como quien realmente Es, elevando desde la Tierra hacia el Cielo la conexión con la Humanidad y la Divinidad.

En ese momento escuché: “Es aquí donde todo cobra sentido”

Mientras durante largo rato estuvimos todos danzando, cantando y gritando con tambores, didgeridoos, entre varios instrumentos, mostrando nuestra energía espiralaza de la Tierra, un portal se fue abriendo desde el núcleo de la misma, elevando la frecuencia hacia los cielos. Fue en ese instante que toda la música cesó levemente hasta que sólo los cuencos llenaron el ambiente en un profundo embudo, quietud y silencio, que unió ambas polaridades, haciendo descender la frecuencia del cielo, a la tierra.

La red del Ser que envía la vértebra de Santiago de Chile, hacia el centro de la Argentina, une la esencia de ambos territorios conformándolos como uno mismo en la frecuencia de los territorios, permitiendo que nuestra semilla de Unidad se disperse por todos los nodos urbanos, permitiendo que aquellos territorios que ambos países comparten, se conformen como Uno para lograr ese puente entre la Visión de la Humanidad y la Conciencia Divina.

Santiago daba ese impulso, y con aquel portal abierto, la misma frecuencia que se elevó y descendió, penetró en ambas llaves, que serán destinadas a la apertura y unión de ese último Portal hacia el Nuevo Tiempo.

Una vez que todos nos repartimos y dispusimos a llevar esto a las regiones circundantes para expandirlo y sostenerlo, era momento de activar la Matriz por donde la energía del mundo ingresa al ser de la Madre: en Valparaíso.