Episodio XIII: El Sostén de la Voz

EL SOSTÉN DE LA VOZ

El Pueblo de Cobre

Dentro de la II Región de Chile, la ciudad de Antofagasta es la más grande e importante. Esta ciudad, situada a unos 10 km kilómetros del Trópico de Capricornio, concentra una de las regiones de mayor minería de la historia de Chile y la región andina.

Justamente su nombre, Antofagasta, significa Pueblo o Refugio de Cobre, debido a la cantidad de este mineral que se extrae en estas tierras.

El cobre, es el mineral que nos conecta con la tierra, el mineral de la feminidad, un conductor natural de luz e información, que se extiende por los Andes permitiendo el flujo de la energía vital del mundo hacia la Antártida.

A su vez, esta región, lindante con las provincias de Salta y Jujuy, se alinea como la vértebra que sostiene la garganta, el asentamiento de la nuca, donde comienza el cuello de nuestra Madre. Es en Antofagasta donde la información del cobre sostiene y alimenta la voz, y eso fue lo que todos fuimos a realizar: su activación.

La Labor

Tras haber atravesado uno de los desiertos más áridos del mundo, el enorme Atacama, donde ni un solo cactus se divisaba en kilómetros a la redonda, esta tierra nos mostraba como cada vez más nos acercábamos a la región de nuestro ser interno y superior. El fuego de la Kundalini llegaba ahora a las tierras del Ser, donde el mismo se despierta en la Misión y la Comunica para ser consciente de la misma.

Antofagasta, debía sostener la voz, y eso implicaba hacerse cargo del vacío que su economía ha creado en la tierra. La constante minería extrae parte de los conductos que alimentan a la voz de la Madre, y por ende, es momento de que sea la gente la que cumpla el rol de conductos energéticos, hasta el momento en que la economía y la extracción cambien. 

Esta ciudad, sumado también a Calama, San Pedro, y otras de la II Región deben hacerse conscientes del rol que cumplen como nodos sociales, fortaleciendo el sostén de la voz que se proyecta en Salta, Argentina.

Allí nos reunimos en la Plaza Colón de Antofagasta, centro histórico fundacional de la ciudad, donde alrededor del Reloj entre las 4 fuentes de agua ovaladas, dimos la charla e iniciamos la activación de nuestra voz. Juntos enviamos la conciencia mediante el fuerte sonido a las rocas, al centro octogonal de la plaza, para que allí quede grabado y se expanda en la materia la intención del sostén de la voz.

Esta vértebra debía erguirse, es desde aquí por donde la cabeza comienza a ponerse firme, mirando al frente, y por donde tomamos la fuerza de decir todo lo que hace tiempo no podíamos gritar. Desde aquí, fortalecemos el chakra para irradiar la intención de nuestra Voz compartida en tierras argentinas.

Violines, didgeridoos, guitarras, cuencos, flautas, campanas y todas las voces sonaron mientras en el atardecer, gaviotas, palomas, buitres y halcones del desierto volaban en círculos sobre la plaza.

La región del desierto, mediante su firmeza, proporciona el mejor ingreso del Alma a nuestro interior… los ojos y la voz son las máximas expresiones de la misma, y por ello, llevando la frecuencia de Antofagasta, atraemos la energía del despertar hacia el portal del Alma, en la frontera entre Chile, Bolivia y Argentina, donde se alza el volcán Licancabur, poniendo la intención de que esta frecuencia llegue hacia la Gran Activación del 3 de Noviembre en Salta Capital.